Partimos desde el pueblo medieval de Mura, disfrutando de una bonita excursión, corta pero muy gratificante.
Mura – els Tolls
Desde una de las plazas del pueblo, bajamos hasta la calle de Sant Antoni, en dirección a la ermita del mismo nombre, en paralelo a la riera de Mura. Al llegar a ella, tomamos la pista forestal contigua, viendo un cartel de bienvenida al parque y, más adelante, alguna que otra bifurcación que ignoramos. En varias ocasiones cruzamos la riera por el trazado de la pista, que no dejamos hasta llegar a su fin. En realidad, para llegar a la cima, hay que tomar un sendero que sale a la izquierda, marcado con unas fitas (se debe prestar atención, pues no hay otra señal indicatoria y el sendero no parece muy claro, va por una ladera boscosa).
Sin embargo, nosotros optamos por arriesgar y seguir la pista, con la esperanza de enlazar más tarde con ese sendero dejado atrás. La pista termina dando lugar a un estrecho sendero, que usa el Torrent de Fontfreda como parte de su recorrido, para llegar a els Tolls, unas pequeñas charcas donde pudimos observar salamandras y renacuajos. Hasta allí el sendero es muy frondoso y hay que abrirse camino en ocasiones, y más allá se nos hizo imposible continuar, debido a un par de cascadas sin buenas manos para trepar. Por tanto, vuelta por el mismo camino hasta el desvío descartado (vimos un rastro de sendero antes de llegar a la pista, pero lo descartamos también por demasiada acumulación de maleza), haciendo esta parte obviable aunque recomendable.
Por la cara sur
El sendero que tomamos no tiene mucha pérdida. Sube con una fuerte inclinación por dentro del bosque, con algún pequeño claro, hasta dar con otro torrente, el Torrent del Roure del Parrac. En poco el sendero se cruza con otro, de forma horizontal. Parece que el camino sigue, pero es necesario girar a la izquierda, para ascender de nuevo por una pronunciada pendiente. Así y, con la ayuda puntual de las manos, llegamos a un collado, desde donde divisamos la cima. Seguimos las fitas y dimos con un par de tramos equipados, fáciles de hacer contando con cierta destreza, que nos llevaron al punto más alto de la montaña.
A pesar de ciertas nubes y de la relativa poca altitud, vistas magníficas al norte.
Canal del Dragó
Dejando la cima, retornamos al collado, para tomar el sendero norte, a la izquierda según el sentido de la marcha. Fuerte descenso por momentos, en otros más moderado, pero otra vez por un bosque muy espeso. El canal del Dragó cuenta también con algún que otro pequeño tramo abierto, desde donde gozar de los riscos erosionados de esta sierra. Casi de vuelta a la pista donde iniciamos el camino, el sendero se despeja y se ensancha.
